HOY CUMPLO CINCUENTA AÑOS. Medio siglo, una vida. Repaso el camino, que es lo que toca ahora, y me siento orgullosa de algunos hitos, especialmente de los personales, pero lo de la vida resuelta, los objetivos claros y la sensación de plenitud siguen siendo conceptos tan desconocidos para mí como el cálculo diferencial. Siento que he andado mucho y, sin embargo, no encuentro mi sitio. Y ENTONCES, ¿QUÉ?
Pasé por la adolescencia sin grandes alteraciones, me cargué de complejos a los veinte, superé la crisis de los treinta y disfruté de los cuarenta como si no hubiera un mañana. Condensé en esa década tardía amor, maternidad, aventura y decisiones vitales. Olvidé prever los años que quedaban por venir y me pillan ahora con la cartera de propósitos vacía. Por suerte, estoy acumulando la curiosidad que me faltó de joven junto a unos kilos de más. Porque mira que te avisan: que te cuides, que todo se cae, que no te quitas el sobrepeso ya ni con aguarrás. Pero, nada, he seguido creyendo que era una chiquilla y tengo a la flaccidez llamando a la puerta como si viniera a cobrarse una deuda.
El caso es que esa curiosidad acuciante no me lleva a correr una maratón, pero sí al autoconocimiento, a ver si averiguo cómo se gestiona una cuando nunca he tenido nada claro en la vida. Me empuja a dejar paso a mi TÚ más rebelde, a encontrar lo que me haga sonreír cada día y a mandar al garete a mi USTED aburrido. Que mi pequeña Miss Sunshine y mi querido Mr. Good me tienen el corazón más que contento, pero yo necesito devolverles la mejor versión de mí, por mí, que soy la que tiene que aguantarme más que nadie.

Así que llego a esta nueva década con una carrera interna entre la madurez de mis arrugas y la insensatez de mis actos. La voluntad y la energía se han quedado rezagadas y mi razón anda incordiando para avanzar en lo suyo. Estoy más allá del ecuador de la vida, donde aseguran que se desdibuja el límite de la inocencia, pero a mí solo se me difumina el óvalo facial y la memoria. Serán los nuevos treinta o los cuarenta mal contados, pero nada se corresponde con lo que me contaron de los cincuenta.
Siempre fui de pasos lentos, aunque he dado alguna zancada y más de un traspiés en mi vida. Fueron el instinto y las emociones los que me trajeron hasta aquí con el lastre de los «tienes que». Será por eso por lo que no he alcanzado aún la satisfacción personal, que los miedos me frenan y que dudo de mis capacidades. A mí, que me he salido del camino unas cuantas veces, me hubiera gustado ser más libre, pero no me enseñaron a volar. Así que estoy dejándome crecer las alas, que nunca es tarde para aprender. Porque, si a estas alturas no he madurado, ya no es necesario tomarme en serio los límites. Lo único claro es que tengo la vida por delante y sueños que quiero cumplir. Y los cincuenta…son solo un número.
Doy gracias por lo que tengo, por lo que aún no he alcanzado, por lo que no llega y por lo que todavía espero. Doy gracias por los que quiero, por los que me lo demuestran, por los que están y por los que despedí. Doy gracias por lo que aprendo.
Muchas felicidades Amor,
Tú sí que llenas nuestros corazones con tus maravillosas sonrisas y tu permanente buen humor.
Monicaca y Monicaco
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No os puedo querer más…
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Felicidades!! Me ha encantado de nuevo, como siempre!. Y encima en esta fecha tan especial para ti. A disfrutar de esta maravillosa edad y todo lo que venga!! 😘
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Quería volver a este lugar y qué mejor momento. Gracias, Helga!!
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Sue, ¡Feliz vida!
Me encanta leerte.
Siempre hemos tenido mucho en común, hemos compartido mucho, nuestras vidas han ido en paralelo y lo que dices «resuena» conmigo.
A pesar de que tenemos casi la misma edad y de que estamos en etapas vitales muy diferentes el hilo rojo permanece.
La verdad es que te echo de menos y recuerdo con mucha nostalgia esos años locos de intensa amistad.
😊
Pienso que siempre has sido muy valiente y que has trabajado muy duro para conseguir entre otras cosas algo que era VITAL para ti: tu propia y maravillosa familia.
Y ahí está tu centro, tu equilibrio y tu fuente de energía.
✨✨✨✨☀️
La madurez está sobrevalorada.
Marisa
❣️
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Querida Marisa, gracias por ese enorme cariño. Es mutuo ❤️
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Me encantaria haberlo escrito yo, suscribo cada letra, cada coma, cada acento. No me puedo sentir mas identificada con todo lo que dices mi querida amiga, nunca he sabido muy bien lo que quiero y me alucina la gente que presume de tal clarividencia asi que te acompaño gustosa en ese crecer de alas persiguiendo sueños.
Te quiero
Siempre
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Eres la mejor sorpresa de mi vida. Una amistad cocida a fuego lento. Y ahora ya para siempre. Gracias, Luisa… lo que te quiero…
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